miércoles, 7 de enero de 2009

De los padrinos y otros demonios…


No soy una de aquellas personas a las que les brota la fe por los poros, pero de que ella está ahí, está, y tal vez hasta más firme de lo que pienso; me doy cuenta de esto ahora que hago analizo todo lo que implicó el preparar el bautizo de mi hijito, pues ni el lugar, ni la fecha, ni la iglesia, ni la vestimenta me hicieron pensar tanto como la elección de los padrinos mas adecuados. Y es que no pude evitar preguntarme…Quiénes son mis padrinos??? Y claro, resulta que era mi abuelo, quien seguramente fue un buen hombre pero se supo mantener siempre muy distante de ésta su ahijada; y de mi madrina ni qué se diga, es una tía política que si digo que la veo una vez cada 5 años es exagerar. Y así fui preguntando a mi alrededor y descubro que la mayoría de los padrinos de bautizo son así, personas que no intervinieron de ninguna manera en el crecimiento religioso y espiritual del ahijado, como debería ser, personas que por mas buenas que sean se han alejado del ahijado por circunstancias de la vida. Claro que también encontré padrinos buenos, de esos que están siempre pendientes del ahijado, y no me refiero para nada a aspectos materiales, sino a una llamadita de vez en cuando, simplemente acordarse del muchacho y preguntar si está bien.

Con todos estos antecedentes, mi media naranja y yo decidimos nombrar padrinos a nuestros hermanos, asumir nosotros mismos el reto de no permitir que se alejen de su hermoso ahijado...y qué Dios nos ampare.